Testimonio / Biografía

Todavía recuerdo el sentimiento de rechazo, de vergüenza, de sentirme usado, sucio. ¡Me dolió muy profundamente!

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A los 12 años empecé a consumir drogas (hachís) y alcohol. Mi vida consistía en ir de fiesta y tocar música. Estaba tomando un curso de mecánica automotriz en la escuela a la que asistía, y estaba drogado la mayor parte del tiempo. Me saltaba clases con regularidad.

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Recuerdo irme a la cama por la noche preguntándome cómo iba a terminar con las personas que abusaron de mí, algo que nunca hice.

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Mi vida consistía en ir de fiesta para “olvidar” el dolor interior.

 

No le conté a nadie lo que pasó, y eso hasta que tenía 16 años decidí compartirlo con un amigo cuando estábamos afectados por las drogas y el alcohol, y él no me entendió ni me pudo ayudar. En serio, decidí guardármelo para mí. De hecho, solo hablé de eso cuando tenía 20 años. No supe cómo salir.

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A los 18 años, aún con una vida de sexo, drogas y Rock and roll, al no poder encontrar una salida a mi sufrimiento, comencé a hacer un plan para acabar con mi vida. Lo había planeado todo; cómo, dónde, día, por qué, etc...

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Estando solo en mi habitación, en agosto de 1988, comencé a escribir en la puerta de mi armario: La vida es lo más hermoso que Dios ha creado, y comencé a leerlo. Empecé a llorar con lágrimas calientes y dije: Dios si existes, haz algo en mi vida. En ese mismo momento, el ambiente de mi habitación cambió y vi aparecer a Jesús, vi su cuerpo, pero no vi su cabeza, supe que era Jesús.

 

Estaba llorando con todo mi corazón, y sé que nací de nuevo en ese momento.

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Poco después conocí a una persona que me habló de Jesús y de su amor por mí. Al principio no quería oír hablar de eso, pero poco a poco me abrí. Empezamos a leer la Biblia juntos y el Espíritu Santo empezó a tocar mi corazón. Ella me invitó a ir a la comunidad donde iban su mamá y su hermana, y fui.

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Regresé a la escuela para completar mi educación secundaria, la cual terminé con éxito.

 

A los pocos meses me uní a una comunidad donde había un grupo de jóvenes, y estaban organizando un viaje a las islas de la Magdalena, en Canadá, aceptaron que me uniera a ellos a pesar de mi cabello largo y mi apariencia "roquera", y mi fe creció de manera extraordinaria durante este viaje.

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En febrero de 1990 fui bautizado en agua y en septiembre del mismo año regresé a la universidad bíblica para estudiar teología.

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Muchos me preguntaron qué estaba haciendo para ministrar, pero la verdad es que no estaba listo para ministrar, era un hombre herido. Durante una clase de consejería en la universidad bíblica, la maestra comenzó a hablar sobre el impacto del abuso sexual en las víctimas y comenzó un proceso de sanación del alma que duraría algunos años. El profesor me sugirió que fuera a verlo a su consulta privada y así lo acepté.

 

 

 

En 1993 me gradué de la universidad bíblica y me encontré trabajando turnos de noche como guardia de seguridad, ya que tenía mucho tiempo, leía muchos libros y podía continuar mi educación.

 

En 1995, mi jefe de la empresa de seguridad me envió a trabajar para la Organización de Aviación Civil Internacional en Montreal, que es una rama de las Naciones Unidas, y Dios tenía un plan propio. Empecé a aprender tanto español como inglés con intérpretes internacionales, los mejores. Teniendo un llamado para las naciones, Dios se aseguró de que estuviera equipado para el ministerio futuro. Trabajé allí hasta el 2003 (tenía un contrato vitalicio), cuando Dios me pidió que dejara mi trabajo para irme como pastor asociado en un pequeño pueblo a 3 horas al norte de Montreal. Estuve 1 año y medio en este pequeño pueblo, para luego comenzar a viajar tanto en Quebec como en Canadá. El objetivo era el mismo cada vez; ayudar a los pastores en su lugar, evangelizar, ayudar a las personas en transición, sanar corazones rotos, liberar.

 

En 2005, el Señor me llevó a Alberta, y más específicamente a Lethbridge para trabajar en la estación de televisión Miracle Channel. Aprendí mucho sobre el funcionamiento de una estación de televisión. Trabajé allí para ministrar a francófonos y anglófonos respondiendo correos electrónicos, llamadas, enviando correos a socios.

 

Siempre he estado involucrado en comunidades cristianas como bajista en grupos de adoración, predicador, grupos de oración, trabajador juvenil, bancos de alimentos, ayuda a inmigrantes y especialmente en grupos de evangelización. Sanar corazones rotos, liberar, apoyar a los pastores, fueron áreas importantes en las que DIOS me usó y todavía me usa.

 

En 2009, conocí a la mujer que se convertiría en mi esposa y socia ministerial en Yukón, Canadá. Estábamos preparados para lo que se convertiría en nuestro ministerio principal, el de salvar, sanar, entregar y formar.

 

Partimos a México en 2017 (primer país fuera de Canadá como misionero), para dar clases en un colegio cristiano, privado en inglés. Dios nos usa con los dones que tenemos para edificar el cuerpo de Cristo.

 

 

1. ¿Cómo desarrollaste esta pasión por Lost Souls?

 

Gaétan: De hecho, desde el comienzo de mi conversión, he sentido en mi corazón un amor y una pasión por las almas perdidas, que creo que es el corazón de Jesús para aquellos que no lo conocen. Jesús murió por todos para que todos pudieran llegar a conocerlo “Es bueno y agradable a los ojos de Dios nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. 1 tim. 2:3

 

2. ¿Qué acontecimiento, circunstancia te llevó a viajar a Evangelizar en México?

 

Sabíamos mi esposa y yo que Dios nos estaba llamando a México (¿Cómo sabíamos? Bueno, sabíamos, hay cosas que no siempre podemos explicar), y empezamos a buscar una escuela en México donde pudiéramos enseñar la Palabra de Dios.Mi esposa encontró una

escuela al norte de la Ciudad de México con la organización NICS (Network of International Christian Schools) donde enseñamos durante 1 año.

 

Así fue como el Señor nos abrió una puerta para ir a evangelizar en México.

 

3. ¿Por qué LE México más que cualquier otro país?

 

Gaétan: Buena pregunta :) De hecho, el Señor puso a México en nuestros corazones para mi esposa y para mí, y esa fue la dirección que tomamos.

 

4. ¿Cómo descubriste México y desde cuándo?

 

Gaétan: De hecho, no descubrimos México :), ¡él nos descubrió!